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habilidosas sobresalen a nivel colectivo y
pueden alcanzar un perfil cotizado en el
ámbito laboral y en donde incide el
modelado el cual, según Bandura (en Feist,
Feist y Roberts, 2014), es la base del
aprendizaje por observación o aprendizaje
vicario, propuesto por Trivisonno (2010)
como la acción de “mostrar cómo hacerlo”
(p. 87), un proceso que puede facilitarse
desde la Orientación Laboral con base a
distintos recursos como lo pueden ser los
anuncios de trabajo en medios de
comunicación masiva, los cuales solicitan
habilidades para el puesto tanto a nivel
técnico como blandas, y el individuo puede
practicarlas con el profesional. Cabe
mencionar que las habilidades técnicas se
definen como “procedimientos técnicos o
administrativos relacionados con el negocio
esencial de una organización” (Coates, 2006,
p. 1), las cuales se definen a partir de “una
capacidad efectiva para llevar a cabo
exitosamente una actividad laboral
plenamente identificada (la cual) es una
capacidad real y demostrada” (Vargas, 2004,
p. 9). Dentro del contexto universitario
puede definirse como “un conjunto
identificable y evaluable de conocimientos,
actitudes, valores y habilidades relacionados
entre sí que permiten desempeños
satisfactorios en situaciones reales de
trabajo, según estándares utilizados en el
área ocupacional” (Irigoin y Vargas, 2002, p.
45), los cuales sin duda son un componente
de consideración importante como parte de
los procesos de formación de futuros
profesionales. En resumen, la habilidad
técnica se vincula generalmente a los
programas de formación y el dominio
teórico y práctico que el individuo
demuestre de los contenidos de este y que un
proceso de Orientación Laboral enfocado
hacia la Gestión Laboral puede beneficiar,
siempre y cuando se aborde desde un
enfoque sistémico donde distintos agentes
intervengan en el proceso tales como
profesores, profesionales de disciplinas
sociales, agentes educativos entre otros.
Sobre la habilidad blanda ésta es
“típicamente difícil de observar, cuantificar
y medir (y) son necesarias tanto para la vida
diaria como para el trabajo (además de que)
tienen que ver en cómo la gente relaciona el
uno con el otro” (Coates, 2006, p. 1) y se
considera como “un conjunto de habilidades
no-cognitivas esenciales para aprender y
desempeñarse exitosamente en el trabajo”
(Singer, Guzmán y Donoso, 2009, p. 1).
Algunos autores las relacionan con la
inteligencia emocional al explicar que
distinguen a los sujetos en un trabajo
(Goleman, 2010), además de considerarlas