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Isaacson y Spencer (1995, 8: pp. 395-
397 no solo plantearon la relación de la
bacteria con el adenocarcinoma gástrico, sino
también con el linfoma gástrico de células B
del tejido linfoide asociado con mucosa
(Linfoma MALT).
Existen diferentes estudios que
exponen como causas de la prevalencia de la
enfermedad, la edad de la población y el
grado de desarrollo higiénico-sanitario,
planteando que la mayoría de la población se
infecta en la niñez, (Martín, 2004, pp 251-
255). Fujimura, Kawamura, Kato, Tateno, y
Watanabe (2002) señalan que el Helicobacter
pylori se trasmite por medio de agua,
asimismo, por alimentos como leche de
ganado vacuno y bovino, y carne de cerdo,
según estudios epidemiológicos.
Castro, Herrera, Malespín, Ramírez y
Une (2014, p 517) señalan que la prevalencia
por infección por H. pylori, en los países
latinoamericanos, es una de las de más altas a
nivel mundial, pues alcanza tasas de infección
de hasta el 70% de los adultos con gastritis y
entre 80% y 90% en pacientes con úlceras
pépticas. Prácticamente todas las úlceras
pépticas en los países con altas tasas de
infección se deben a la infección por H. pylori
(Madell et al. 2012, p. 240).
El estudio de Najm (2011, pp. 383-384)
explica que es difícil tener una tasa de
incidencia y prevalencia estable de úlcera.
Estados Unidos presentó, en el período 1997-
2003, una prevalencia de 4.1% (2% gástrica y
2.1% duodenal) y una incidencia anual entre
0.19 y/o 0.9%. Buzás (2014, p. 8) menciona,
en su libro, que el descubrimiento de esta
bacteria provoca un cambio en el concepto de
la comunidad médica sobre la patogénesis y
tratamiento de úlceras pépticas, gastritis
crónica, dispepsia funcional y otras
condiciones patológicas.
Este autor plantea que el tratamiento
contra el Helicobacter pylori es relativamente
complicado y requiere antibióticos a los que
la bacteria es sensible, sin embargo, no se
cuenta siempre con datos de sensibilidad,
para poner un tratamiento que produzca la
erradicación de dicha bacteria.
Sierra, Forero y Rey (2014) señalan
que, entre las diferentes terapias para
tratamiento, se encuentran la de triple
estándar, constituida por un inhibidor de
bomba de protones (IBP) y de 2 a 3
antibióticos; además la terapia cuádruple. Sin
embargo, la terapia estándar alcanza niveles
de erradicación de menos de un 80%,
principalmente por el aumento de la