55
Todo el contenido de la Revista está bajo la licencia de Creative Commons. Reconocimiento No Comercial
Sin Obra Derivada.
Universidad Internacional de las Américas Pro Veritatem 2018, 3 (3), 55 89, diciembre 2018
Departamento de Investigación ISSN 2215-5317
https://revistas.uia.ac.cr/index.php/proveritatem/issue/view/4
Helicobacter Pylori: Patologías Relacionadas y Conducta Terapéutica
Helicobacter Pylori: Related Pathologies and Therapeutic Behavior
Recepción: 18-08-2017
Aceptado: 08-09-2017
DR. HONORIO PÉREZ MARTÍNEZ.
COLABORADOR: SR. AARÓN MONTOYA MARÍN
Universidad Internacional de las Américas
Resumen
El Helicobacter pylori es una bacteria gran negativa, relacionada con gastritis crónica, úlcera
péptica y ncer gástrico, que tiene una distribución mundial. Muchos pacientes son asintomáticos.
Se realizó una revisión bibliográfica de artículos de los últimos 5 años, donde la temática principal,
estuviera relacionada con las características del microorganismo para producir enfermedad y con
los diferentes tratamientos utilizados. Se realizó una búsqueda de las características de la bacteria,
los mecanismos patológicos relacionados con las enfermedades, así como los diferentes
tratamientos que se han utilizado para valorar el más eficiente. El principal resultado fue que la
Helicobacter pylori, produce una ureasa, toxinas y lipopolisacáridos, que están relacionados con la
patogenia de las enfermedades que produce. Se ha usado para su tratamiento la terapia triple y la
cuádruple, sin embargo, logra erradicarlo en diferentes porcentajes, a pesar de la resistencia del
56
microorganismo a los antibióticos utilizados y la terapia triple es la más usada, aunque se ha visto
que la eficacia es mayor en el tratamiento secuencial que en el triasociado.
Palabras clave: Helicobacter pylori, patología, conducta terapéutica, tratamiento.
Abstract
Helicobacter pylori is a large negative bacteria, linked to chronic gastritis, peptic ulcer and gastric
cancer, with a worldwide distribution. A literature review of articles from the last five years was
carried out, with close attention paid to those whose main focus was related to the characteristics
of this microorganism to produce disease, as well as its different treatments. A search was
conducted based on the characteristics of the bacteria, the pathological mechanisms related to the
diseases, and the most efficient treatments. The main result was that Helicobacter pylori produces
a urease, toxins and lipopolysaccharides, which are related to the pathogenesis of the diseases it
produces. Triple and quadruple therapies have been used for its treatment; thus managing to
eradicate it in different percentages. Despite the resistance of the microorganism to the antibiotics
used, triple therapy is the most commonly used, although it has been noted that the effectiveness is
greater in sequential treatment than in triple therapy.
Key words: Helicobacter pylori, pathology, therapeutic behavior, treatment.
Introducción
Planteamiento del Problema
Las enfermedades del aparato
digestivo, cada vez son más frecuentes y los
síntomas más comunes son los dolores
abdominales, la gastritis y el cáncer gástrico.
Rodríguez, (2012, pp. 279-289), explica que
el dolor abdominal crónico en niños es una
causa común de consulta médica. Existen
múltiples factores predisponentes para estas
enfermedades, como la alimentación, el estrés
y fármacos. No obstante, cada vez es más
frecuente que estas se asocien con la
57
infección de una bacteria llamada
Helicobacter pylori
Este microorganismo, no produce
sintomatología en gran cantidad de pacientes,
sin embargo, en otros se ve relacionada con
patologías de tanta envergadura como el
cáncer gástrico. La infección por
Helicobacter pylori, afecta a un 50%,
aproximadamente de la población mundial,
principalmente, en los países
subdesarrollados, donde la prevalencia
alcanza hasta un 90% de la población adulta,
según señalan estudios realizados por
diferentes autores como por ejemplo, Axon y
Forman. (1997; p. 1430).
Vilella, Ginés y Doiz (2003) plantean
que el Helicobacter pylori es un
microorganismo patógeno del tracto
gastrointestinal, es el principal agente
etiológico de la gastritis crónica superficial y,
un cofactor importante en la etiología de
úlcera péptica y linfoma MALT gástrico. La
incidencia de la infección es elevada, sin
embargo, no todos desarrollan la enfermedad
y parece que el tipo de cepa bacteriana, la
cual coloniza la mucosa gástrica tiene una
función importante y el tipo de cepa aislada
puede ser el determinante en el desarrollo de
la enfermedad. (p 439)
El cáncer gástrico es multifactorial y
está asociado con alteraciones celulares y
microambientales de la mucosa gástrica,
como resultado de la persistencia de procesos
inflamatorios causados, principalmente, por
señales intracelulares inducidas por proteínas
citotóxicas propias de Helicobacter pylori.
No existe actualmente un tratamiento
óptimo de primera o segunda línea que logre
una erradicación del 100%. El orden
terapéutico se debe realizar acorde con el
tratamiento inicial y estudios locales de
resistencia antimicrobiana. Diferentes autores
se refieren a la forma de tratamiento del
Helicobacter, sin embargo, no se ha logrado
el esquema de tratamiento ideal. Ramírez y
Sánchez (2009) señala, en un artículo
publicado en la Revista de Gastroenterología,
Perú, que se han planteado cuatro líneas de
tratamiento, sin embargo, se han encontrado
algunos factores relacionados con el fracaso
del tratamiento de los pacientes infectados
con la bacteria, tales como la falta de
adherencia de los pacientes al tratamiento y la
resistencia a los antimicrobianos utilizados.
(p. 158-170)
Gilbert et al. (2013) refieren diferentes
recomendaciones sobre la indicación para el
58
tratamiento de la infección por Helicobacter
pylori, así como las diferentes alternativas de
tratamientos para erradicar al
microorganismo, sin embargo, existen
terapias que no logran erradicarlo, por la
resistencia que esta presentado (pp. 341-342).
Por esto, se pretende realizar una
revisión sobre las patologías relacionadas con
el Helicobacter pylori, enfermedades
relacionadas y tratamiento, mediante revisión
de artículos científicos. Esto lleva al
planteamiento de la pregunta orientada a
conocer ¿Cuáles son las patologías
relacionadas con el Helicobacter pylori y
nuevas conductas terapéuticas utilizadas?
Se establece como objetivo general
analizar las patologías relacionadas con el
Helicobacter pylori y las nuevas conductas
terapéuticas. Los objetivos específicos se
elaboran en torno a las características del
Helicobacter pylori y la patogenia de las
enfermedades relacionadas; además, se
identifican los diferentes tratamientos y su
eficacia; también se valora el mejor esquema
de tratamiento para las enfermedades por
Helicobacter pylori.
Justificación
La mayoría de las infecciones
bacterianas del hombre se describieron a
comienzos del siglo XX, sin embargo, fue
hasta 1981, que se descubre el Helicobacter
pylori, cuando Warren y Marshall inician un
estudio prospectivo, en pacientes de la
consulta, sometidos a endoscopía oral.
(Warren y Marshall, 1983, p. 1273).
Ese trabajo, realizado en el Royal Perth
Hospital de Australia, permite visualizar
bacterias helicoidales en la superficie de la
mucosa gástrica, el 98 % de las gastritis
crónicas y el 80 % con úlcera gástrica,
utilizando la tinción de plata de Warthin-
Starry.
Malfertheiner, et al. (2007 plantean que
la infección por Helicobacter pylori prevalece
en más de la mitad de la población mundial,
es adquirida durante la niñez y persiste por
muchas décadas si no es tratada con
antimicrobianos. Se acepta actualmente que
este microorganismo juega un papel esencial
en el desarrollo de lesiones preneoplásicas y
neoplásicas, como el adenocarcionoma
gástrico, como han señalado múltiples
estudios epidemiológicos (2007, p. 772).
59
Isaacson y Spencer (1995, 8: pp. 395-
397 no solo plantearon la relación de la
bacteria con el adenocarcinoma gástrico, sino
también con el linfoma gástrico de lulas B
del tejido linfoide asociado con mucosa
(Linfoma MALT).
Existen diferentes estudios que
exponen como causas de la prevalencia de la
enfermedad, la edad de la población y el
grado de desarrollo higiénico-sanitario,
planteando que la mayoría de la población se
infecta en la niñez, (Martín, 2004, pp 251-
255). Fujimura, Kawamura, Kato, Tateno, y
Watanabe (2002) señalan que el Helicobacter
pylori se trasmite por medio de agua,
asimismo, por alimentos como leche de
ganado vacuno y bovino, y carne de cerdo,
según estudios epidemiológicos.
Castro, Herrera, Malespín, Ramírez y
Une (2014, p 517) señalan que la prevalencia
por infección por H. pylori, en los países
latinoamericanos, es una de las de más altas a
nivel mundial, pues alcanza tasas de infección
de hasta el 70% de los adultos con gastritis y
entre 80% y 90% en pacientes con úlceras
pépticas. Pcticamente todas las úlceras
pépticas en los países con altas tasas de
infección se deben a la infección por H. pylori
(Madell et al. 2012, p. 240).
El estudio de Najm (2011, pp. 383-384)
explica que es difícil tener una tasa de
incidencia y prevalencia estable de úlcera.
Estados Unidos presentó, en el período 1997-
2003, una prevalencia de 4.1% (2% gástrica y
2.1% duodenal) y una incidencia anual entre
0.19 y/o 0.9%. Buzás (2014, p. 8) menciona,
en su libro, que el descubrimiento de esta
bacteria provoca un cambio en el concepto de
la comunidad médica sobre la patogénesis y
tratamiento de úlceras pépticas, gastritis
crónica, dispepsia funcional y otras
condiciones patológicas.
Este autor plantea que el tratamiento
contra el Helicobacter pylori es relativamente
complicado y requiere antibióticos a los que
la bacteria es sensible, sin embargo, no se
cuenta siempre con datos de sensibilidad,
para poner un tratamiento que produzca la
erradicación de dicha bacteria.
Sierra, Forero y Rey (2014) señalan
que, entre las diferentes terapias para
tratamiento, se encuentran la de triple
estándar, constituida por un inhibidor de
bomba de protones (IBP) y de 2 a 3
antibióticos; además la terapia cuádruple. Sin
embargo, la terapia estándar alcanza niveles
de erradicación de menos de un 80%,
principalmente por el aumento de la
59
60
resistencia a los antibióticos, a pesar de todos
los esfuerzos por erradicar a este
microorganismo.
García (2008) concluye, en su estudio,
que los pacientes con linfoma MALT tienen
un riesgo de cáncer gástrico 6 veces superior
al de la población general (p 66). Rahman et
al. (2015)hizo un estudio en Bangladesh, el
cual evaluó, mediante serología, la
prevalencia de infección por H. pylori en la
población general y encontró una prevalencia
de 92% en 1996 y 71%, en el 2013, para una
disminución de un 21%. (p. 553).
Por su parte, Jiang, Liu, Mao, Zhang y
Xu (2015) evaluó, por medio de métodos
endoscópicos, la prevalencia de infección por
el Helicobacter pylori en China, en el período
comprendido entre el 2003 y el 2012, con un
total de 130,000 pacientes, en quienes
encontró una disminución de la prevalencia
de un 42% en el 2003 a un 24% en el 2012.
(P 53).
Características morfológicas
El Helicobacter pylori, inicialmente
denominada Campylobacter pyloridis, es un
bacilo gramnegativo, microaefílico, con un
flagelo dispuesto en un polo, que le permite
movilidad. Su forma es de espiral o incluso
“tiene forma de S (aproximadamente 0.5 x 3
pm de tamaño)”, Longo (2012, pp. 2442-
2443). Existen otras especies del género
Helicobacter que infectan la mucosa gástrica,
pero son infrecuentes.
Brooks, Carroll, Butel, Morse y
Mietzner (2011, pp.240-241) mencionan: “H.
pylori es oxidasa y catalasa positivo, tiene
una morfología característica, es móvil y es
un productor potente de ureasa”. Se dice que
puede cambiar su configuración morfológica
a cocoide, con lo que representa un estado
inactivo, el cual puede facilitar la
supervivencia en las condiciones adversas.
Método
Se realiza una revisión bibliográfica de
artículos científicos, relacionados con las
patologías que produce el Helicobacter pylori
y los diferentes patrones de tratamientos
utilizados. Las bases de datos revisadas son
Scielo, Binmass, Pubmed, Elsevier, Google
Académico, seleccionados de acuerdo con los
criterios establecidos.
61
Los criterios de inclusión son los
artículos relacionados con la patogenia de la
infección, sobre las características del
microorganismo y los diferentes tratamientos
que se han utilizado para erradicarlo,
publicados en los últimos cinco años, tanto en
inglés como en español. No se toman en
cuenta el sexo ni de la edad de los pacientes.
Se excluyen los artículos de más de cinco
años referentes a otros aspectos de la
enfermedad.
Se analizan 35 artículos, 21 de los
últimos cinco años, posteriormente, se
clasifican para dar respuesta a los objetivos de
la investigación.
Discusión
Jawetz (2013, p 261) explica que el
Helicobacter pylori es un bacilo en forma
curva o espiral, gramnegativo, que presenta
múltiples flagelos en un polo, lo que le
facilitaría una gran motilidad. Es un
microorganismo exigente en su crecimiento,
que necesita antibióticos en los medios
selectivos usados para su crecimiento, para
impedir que otras bacterias puedan crecer,
siendo el medio más utilizado medio Skirrow.
El Helicobacter pylori necesita un pH
óptimo entre 6.0 y 7.0, es catalasa y oxidasa
positiva, para crecer y produce una potente
ureasa. Produce una proteasa que puede
modificar el moco gástrico, lo que disminuye
la capacidad de ácido para difundir a través
del moco. Las bacterias producen toxinas y
lipopolisacárdos, que dañan las células de la
mucosa y el amoníaco producido por la
actividad de la ureasa puede dañar a las
células gástricas.
Brooks, Carroll, Butel, Morse y
Mietzner (2013) plantea que casi el 90% de
los pacientes con úlceras duodenales y 50 a
80%, de los que producen úlceras gástricas,
tienen infección por Helicobacter pylori (p.
18).
Hernández, Cabrera, Álvarez y Díaz y
colaboradores (2001), en un estudio realizado
en Cuba, señalan que este bacilo se puede
observar en niños menores de 2 años de edad
aparentemente sanos o afectados con diarrea
crónica (p. 37).
Pakodi, Abdel, Debreceni y Mózsik
(2000) publican, en Francia, un estudio en el
cual plantean que los mecanismos por los que
el H. Pylori infecta al hombre son inciertos,
pero si es conocido, que el huésped desarrolla
62
una respuesta inmune que no es efectiva para
eliminar a este microorganismo; pero puede
tener un papel esencial en la en la evolución
de la infección. (p. 139).
El tipo de cepa bacteriana, que afecta la
mucosa gástrica, tiene una función
importante en el desarrollo de la enfermedad
por Helicobacter pylori. Se realizó un estudio,
en Ciudad México, durante 18 meses (1997-
1999), de 212 muestras de agua analizadas, el
cual arrojó que un 21% fueron positivas a
Helicobacter pylori y un 42%, a la cepa con
gen Cag A, confirmada por la técnica de PCR
(Reacción en Cadena de la Polimerasa).
(Mazari, López, Castillo y Ponce de León
(2001, pp.458-459).
En estudio publicado por Camacho, en
la revista Médica de Costa Rica y
Centroamérica (2014), plantea que son varios
los factores de riesgo involucrados en la
ulcera péptica y el Helicobacter pylori ocupa
el segundo lugar, con un 3.3%, después de los
AINES, con un 3.7%. (p.129).
Patogenia de la infección
La producción de amoniaco aumenta al
producir una ureasa, que le permite atravesar
toda la región, donde el pH es sumamente
bajo y queda localizada en la región, donde su
microhábitat es idóneo para su reproducción.
Esto garantiza la perpetuación de la infección.
Otro aspecto que facilita su colonización es su
hipermovilidad, con la que penetra fácilmente
la capa de moco gástrico.
El examen histológico permite
constatar que
se caracteriza por inflamación
crónica y activa. Se observan infiltrados
de células polimorfonucleares y
mononucleares dentro del epitelio y la
lámina propia. Es frecuente la
destrucción del epitelio y puede ocurrir
atrofia glandular. Por consiguiente, H.
pylori constituye un factor de riesgo
importante para el cáncer gástrico
Brooks (2011, pp.240-241).
El microorganismo Helicobacter pylori,
causante de diferentes patologías señaladas,
presenta diferentes factores, que lo hacen
patógeno para el hombre. Uno factor de
virulencia importante, que se incluye dentro
de la patogenia y colonización del bacilo, es
relativo a múltiples proteínas como la
“proteína de membrana externa (proteínas
Hop), ureasa, la citotoxina vacuolante (Vac
63
A) y Cag A” Longo (2012, p. 2442.) Esta
última es quien contribuye directamente al
mayor grado de patogenicidad.
Existe una gran variedad de cepas,
basadas en las distintas características como
lo menciona Frydman, Davis, Beck y Fox
(2015), Diferentes cepas de H. pylori
expresan una gama distinta de factores de
virulencia, lo que resulta en una mayor
patogénesis (aumento de los cambios
patológicos en la histología de los tejidos y
aumento de la inflamación local) (p 240).
La cepa que posee más virulencia del
Helicobacter pylori se conoce como la Cag A,
la cual se somete a la fosforilación de tirosina
intracelular y perturba la señal de la célula
huésped, promoviendo la perturbación de las
células epiteliales y la carcinogénesis
gástrica. “Es capaz de facilitar su residencia
gástrica, inducir lesión en la mucosa y evitar
los factores de defensa del hospedador”.
(Longo, 2012, p. 2443).
Figura 1. Mecanismos por los que H. Pylori afecta el parénquima gástrico
Nota: Longo (2012, p 1859.)
64
D: célula productora de somatostatina,
ECL: célula de tipo enterocromafina, G:
célula G, IFN: interferón, IL: interleucina, P:
célula parietal, SMS: somatostatina, TNF:
factor de necrosis tumoral.
La imagen detalla las posibles vías que
la infección por este bacilo, puede llevar a
desarrollar la enfermedad. El proceso de
afectación involucra directamente al ácido
gástrico.
Helicobacter pylori y patologías asociadas
Las principales patologías en las que se
puede involucrar la bacteria son la “gastritis
del antro, úlceras duodenales (pépticas),
úlceras gástricas y carcinoma gástrico”
(Brooks, Carroll, Butel, Morse, y Mietzner,
2011, p 240).
Diferentes estudios señalan: El proceso
que involucra a todas las lesiones
involucradas y perpetuadas por la bacteria se
inician, al dañarse la mucosa, o si las
sustancias neutralizadoras del ácido no están
presentes en cantidad suficiente. Además, los
jugos gástricos pueden irritar e, incluso,
desintegrar el revestimiento del estómago o
del duodeno, permitiendo la formación de la
úlcera y cáncer gástrico. Ministerio de Salud
de Chile (2013, pp. 9-24).
Figura 2. Patologías asociadas con H. Pylori
Nota: Longo (2012, p 1859).
65
La Figura 2 presenta la relación entre la
bacteria y los niveles de ácido gástrico, y
periodos de edad. Esto resulta, finalmente, en
varias alternativas de afectaciones que
conlleva la propagación del microorganismo.
Datos epidemiológicos
Millones de personas en todo el mundo
están infectadas con Helicobacter pylori, pues
la infección es muchísimo más frecuente de
lo que se piensa. Aproximadamente, el 50%
de las personas positivas con Helicobacter
pylori, en todo el mundo; los países en
desarrollo presentan una prevalencia de 80%
a 90% (anual del 4% al 15%) y los
industrializados, como los Estados Unidos,
entre los 35% -40% (anual 0,5%), Mabeku
(2016, p 1).
Sólo 10 a 15% de los individuos
infectados manifiestan una úlcera péptica
evidente; la razón de esta diferencia es
desconocida. Los estudios iniciales sugieren
que más de 90% de todas las úlceras
duodenales están asociadas con H. pylori,
pero la bacteria está presente en solo 30 a
60% de los individuos que presentan úlceras
gástricas y en 50 a 70% de los pacientes con
úlcera duodenal (Longo, 2012, p. 1859).
La prevalencia por la bacteria a nivel
latinoamericano, es una de las más altas en
el mundo, alcanzando tazas de hasta el 70%
de los adultos con gastritis” (Salas, 2016).
Existe una relación importante entre los
niveles de educación, sanidad, salubridad,
socioeconómico y la probabilidad de contraer
la bacteria.
Relación entre el estrés oxidativo, el
NADPH y el desarrollo de la infección por
H. pylori
Un estudio realizado en Corea
evidencia que la existencia de la NADPH
oxidasa, induce la activación y diferenciación
de las células epiteliales gástricas. Este
proceso es iniciado por la infección con
Helicobacter pylori, (Cho, Lim, Kim, 2015,
p. 1).
El hecho radica en que la presencia de
la bacteria en la mucosa gástrica desencadena
una serie de eventos moleculares, los cuales
llegan a la producción exacerbada de
elementos del estrés oxidativo. El mecanismo
bioquímico de la activación y perpetuación
posee una estructura proteica para su
realización, que (Cho, Lim, Kim, 2015, p. 1-
2) detalla a continuación:
66
NADPH oxidasa es un complejo
de la membrana enlazada con
subunidades (gp91, p22) y las
subunidades citosólicas (p67,
p47) que produce superóxido
tras la activación de la enzima.
Un estudio anterior mostró que
H. pylori activa NADPH
oxidasa por la translocación de
la proteína de choque térmico
90β (Hsp) del citosol a la
membrana en las células
gástricas.
Este estudio también se proponía
demostrar que la aplicación de un inhibidor
de la NADPH oxidasa puede ser efectivo para
evitar la hiperplasia gástrica, que se inicia tras
la infección. Por eso, señala: “inhibió la
señalización inflamatoria, tal como la
activación de proteínas quinasas activadas
por mitógenos y la inducción de proteína
quimiotáctica de monocitos-1 en células
epiteliales gástricas infectados por H. pylori
mediante la supresión de la producción de
ROS”. (Cho, Lim, Kim, 2015, p. 2).
Figura 3. Efecto de Inhibidor de NADPH Oxidasa y niveles de H
2
O
2
gástrico
Nota: Cho, Lim, Kim (2015, p 2).
67
La imagen anterior muestra que los
niveles de peróxido de hidrógeno disminuyen
al iniciar el control con el tratamiento de
inhibidor de NADPH oxidasa (DPI).
Potencia de plantas medicinales contra
infección por H. pylori
La bacteria está relacionada, desde la
década de 1980, “con la patogénesis de la
úlcera gástrica, los linfomas linfoides
asociados a mucosa (MALT) y el cáncer
gástrico Zaide (2015, p. 1).
Iniciar el tratamiento empírico
antibiótico contra la bacteria posee efectos
beneficiosos, pero también se ha dado un
incremento en la resistencia a estos. También
se involucra la búsqueda de alternativas
naturales, para poder mitigar la infección por
H. Pylori. No obstante, la medicina natural
siempre ha tenido controversia sobre la falta
de estudios de sus dosis efectivas o efectos
adversos.
Un artículo realizado por alianzas de
países como Arabia Saudita, Japón y
Pakistán, permitieron investigar los diferentes
tipos de plantas que se utilizan en distintas
regiones del mundo para sufragar la
infección.
Tabla 1. Plantas estudiadas por su uso contra H. Pylori en distintas partes del mundo
68
Nota: Zaidi, Muhammad, Usmanghani y Sugiyama (2015, p 4).
Hay algunas plantas que poseen mucha
más actividad antimicrobiana que otras. Por
ejemplo: la Wasabi Japónica tiene mucho
más efecto benéfico que la misma raíz de
Wasabi. En Pakistán de las 25 especies de
platas que se utilizan para trastornos gástricos
“fue interesante observar que >50% de las
hierbas a la concentración de 500 μg/ml
inhibió el crecimiento de todas las cepas de
H. pylori (Zaidi, et al, 2015, p. 2).
El extracto de miel pura también
presenta mayor efecto bactericida. Por otra
parte, se evaluó la posibilidad bactericida del
ajo y la pimienta, pero los resultados no
mostraron efectos benéficos sobre la bacteria.
Un estudio realizado en Camerún,
demostró que Eryngium foetidum
(Apiaceae), conocido en el país como
“Culantro Coyote”, tuvo actividad
antimicrobiana contra cepas de H. Pylori
“podría ser una rica fuente de metabolitos con
actividad antimicrobiana para combatir las
infecciones por Helicobacter pylori” Mabeku
(2016, pp. 1-2). Todo esto ha sido demostrado
en los resultados obtenidos en ratas de estudio
de laboratorio.
69
Figura 4. Efecto de los principios activos de las plantas medicinales y su actividad en distintas vías
de la infección de H. pylori
Nota: Zaidi, et al (2015, p. 3).
La figura anterior muestra que el
marcador “HM” es donde las plantas
medicinales poseen efecto de inhibición de la
vía de patogénesis, que media la infección por
la bacteria. 1: Es la actividad antibacteriana,
2: Actividad antiadherente, 3: Inhibición de la
expresión de moléculas inflamatorias, 4:
Inhibición de la morfología del colibrí o
respuesta morfogénica, 5: Inhibición de ROS
o estrés oxidativo.
Surge la interrogante ¿Cuál de todas las
plantas tiene mayor efecto sobre la infección
de la H. Pylori? La cúrcuma en ratas
demostró que la inflamación gástrica
inducida por H. pylori puede reducirse
mediante la suplementación de curcumina,
mejorando significativamente los síntomas
dispépticos y redujo los signos serológicos de
inflamación gástrica”. (Zaidi, et al 2015, p 3).
70
El ginseng rojo coreano (KRG) es otra
planta que ha sido estudiada también. Se ha
informado por investigadores coreanos que el
KRG mostró un efecto de rescate protector
significativo contra la citotoxicidad inducida
por H. pylori, la inflamación gástrica, la
activación de NFκB y el daño al ADN, tanto
por estudios in vitro como clínicos (Zaidi, et
al, 2015, p. 3).
La púrpura Trombocitopénica Idiopática
(ITP) y la relación con la infección por H.
pylori.
La ITP es un diagnóstico de exclusión,
sin embargo, desde 1998, se ha visto una
relación en la fisiopatología con la infección
por la bacteria. “Los informes clínicos han
descrito una resolución espontánea de los
síntomas de ITP en aproximadamente el 50%
de los pacientes con ITP crónica tras el
tratamiento empírico de la infección por H.
pylori, pero la respuesta parece depender de
la geografía”. (Frydman, Davis, Beck y Fox,
2015, p. 1).
La púrpura Trombocitopenia Idiopática
es un trastorno autoinmune en el que las
plaquetas son opsonizadas por
autoanticuerpos IgG específicos de plaquetas
(autoAbs), resultando en la destrucción de
plaquetas dentro del sistema
reticuloendotelial Frydman, Davis, Beck y
Fox, (2015, p. 1). Esta puede ser primaria
incluyendo infección, enfermedad
autoinmune o neoplásica.
Además, obtener la infección por esta
bacteria desencadena la probabilidad “la HP
contribuye a la patogénesis de la enfermedad
digestiva adicional que va desde trastornos de
la piel a la aterosclerosis y enfermedades
autoinmunes como la artritis reumatoide,
tiroiditis autoinmune, síndrome de Sjogren,
purpura Schönlein-Henoch, anemia
perniciosa y púrpura trombocitopénica
idiopática inmune. (Abdollahi, Shoar,
Ghasemi y Zohreh, 2015 pp. 2-3).
Los pacientes con ITP en países de Asia
Oriental, sitio donde se sospecha mayor
patogenicidad, se obtienen mayores
posibilidades de expresar anticuerpos
positivos contra el gen asociado con
citotoxicidad específica de H. pylori A
(CagA), que es un factor de virulencia
relacionado con un mayor riesgo de
enfermedades gástricas incluyendo
carcinoma.
Sin embargo, el mecanismo exacto por
el cual se lleva a cabo el proceso no está bien
71
dilucidado. Frydman, Davis, Beck y Fox
(2015) señalan:
Los informes han postulado varios
mecanismos para el papel de H. pylori
en ITP incluyendo el mecanismo
molecular, el aumento del número de
células dendríticas plasmocitoides y la
respuesta inmune del huésped a
factores de virulencia, incluyendo el
gen A de citotoxina asociado a
vacuolación (VacA) y el gen A
asociado a citotoxina CagA) p. 2.
Ciertos países como Canadá y algunos
de Asia recomiendan la erradicación de H.
pylori en pacientes con ITP, que no responden
a tratamientos tradicionales, si resultan
positivos para la bacteria o residen en áreas
altamente endémicas.
El tratamiento de la Púrpura
Trombocitopénica Idiopática mostró, por
medio de un metanálisis del 2009, que la
erradicación de H. pylori tiene efecto
importante en el recuento de plaquetas.
Además, un artículo hace hincapié en el
hecho de que, no se ha podido establecer
exactamente cuál es el mecanismo definitivo
que hace la relación entre la infección por H.
Pylori y la ITP, debido a la falta de estudios
clínicos.
Rol importante de la biogeografía con H.
pylori y la Púrpura Trombocitopénica
Idiopática
La geografía juega un papel
determinante en las cepas de la bacteria, ya
que depende de su localización en el mapa,
pues se correlaciona con las altas o baja tasas
de mutaciones y recombinaciones: “Las cepas
de H. pylori de Asia oriental han sido
documentadas como más patógenas,
correlacionando con un aumento de la
presencia de carcinoma gástrico (entre otras
patologías gastrointestinales) en pacientes
positivos para H. pylori en Asia Oriental
(incluidos los países de Japón, Corea, China
y Rusia)”. Frydman (2015, p 5).
Los mismos países con alta incidencia
de cáncer gástrico, como Japón, presentan
zonas de baja incidencia como la parte
suroccidental (Okinawa).
72
Figura 5. Mapa geográfico de regiones de mayor mutación de la H. Pylori
Nota: Frydman, Davis, Beck y Fox (2015, p 16).
La distribución de Cag, en una colección de
cepas de Helicobacter pylori de diferentes
poblaciones del mundo, señala que cada
punto indica la fuente de aislamiento de una
de las 38 secuencias de Cag analizadas. A son
los puntos son codificados por colores, por
población o subpoblación. B es la
representación de la distribución geográfica
de la respuesta plaquetaria, después del
tratamiento de erradicación en pacientes
adultos positivos para H. pylori.
Políticas que respaldan erradicación de H.
pylori frente a la TPI
La investigación sobre las patologías,
que pueden estar relacionadas con la bacteria
inicia, desde 1987, con la creación del Grupo
Europeo de Estudio Helicobacter
(EHSG). Por ejemplo, en 2010, se señala:
73
En el Informe de consenso de
Maastricht IV/Florencia,
concluyeron que el ITP es una de
las enfermedades extragástricas
para las que está indicada la
detección y erradicación de la
infección por H. pylori en las
guías actuales (de 2011) de la
Sociedad Americana de
Hematología reconocen H. pylori
como una posible etiología para
ITP y recomiendan que una
prueba más extensa para la
infección sea reservada para
pacientes que residen en regiones
altamente endémicas o exhiben
síntomas más allá de la
trombocitopenia”. (Frydman,
Davis, Beck y Fox, 2015, pp. 7-
8).
Regulación de la severidad de la virulencia
de H. pylori en presencia de déficit de
hierro
El vínculo que existe entre la bacteria y
la deficiencia del mineral se da porque “las
cepas de Helicobacter pylori que albergan la
oncoproteína CagA aumentan el riesgo de
cáncer gástrico, y este riesgo se incrementa en
condiciones de deficiencia de hierro.
Demostramos aquí que el agotamiento de
hierro induce la morfología coccóide en cepas
carentes de cagA”. (Noto, Lee, Gaddy,
Cover, Amieva y Peek, 2015, pp. 4-5).
Noto, et al (2015, p 2), explicaron que
la deficiencia de hierro no solo acelera, sino
que aumenta el progreso y desarrollo de la
carcinogénesis gástrica, dentro del contexto
de la infección por H. pylori. Eso se debe a la
capacidad para ensamblar el sistema de
secreción de Cag, que se acompaña de una
mayor expresión y translocación de CagA y
un aumento de la producción de IL-8 por
células epiteliales gástricas infectadas.
El H. pylori, en el contexto de la
deficiencia de hierro, acelera el desarrollo de
la inflamación, displasia y adenocarcinoma
en un modelo animal de cáncer gástrico, que
se parece mucho a la enfermedad humana
(Noto, et al, 2015, p 5).
La bacteria cambia su configuración de
forma espiral a una forma cocoide, cuando se
encuentra en estado de depleción de hierro.
Sin embargo, no se determina que los
cambios en la morfología desempeñen una
función de mayor o menor daño a la mucosa
gástrica. Por otra parte, existen posibilidades
de que se disminuya mucho la virulencia de
74
la bacteria, utilizando la estrategia clínica de
tratar la decadencia de hierro, según la
investigación.
Relación entre la presencia de H. Pylori y
el síndrome metabólico
El Síndrome Metabólico es una
epidemia mundial que afecta actualmente a
millones de personas y la infección por
Helicobacter pylori está presente en cerca del
50% de la población mundial. Sayılar, Celik y
Dumlu (2015) publicó una investigación
realizada en Turquía, que buscó la posible
relación entre el síndrome metabólico y la
infección por el microorganismo. Esta
investigación contó con 200 pacientes con
dispepsia, a quienes se les iba a practicar una
endoscopía, de los cuales el 78% tenían H.
Pylori.
Sayidar indica que algunas
características generales que se encontraron
en el estudio (2015) son:
Presiones arteriales sistólica y
diastólica media y el índice de masa
corporal fueron significativamente
mayores en los individuos HP (+) que
en los individuos HP (-). Con respecto
a los criterios de Síndrome Metabólico
la glucosa en plasma en ayunas, la
insulina, la resistencia a la insulina, las
lipoproteínas de muy baja densidad y
niveles de triglicéridos también fueron
mayores en el grupo HP (+) (p. 4).
Un hallazgo muy importante es que la
H. Pylori es un factor de riesgo para el
desarrollo de Síndrome Metabólico, a largo
plazo, por su relación con la producción de
inflamación crónica. Otro aspecto importante
es que la forma de diagnóstico Gold Standard
para la infección por la bacteria es el estudio
histológico de tejido de la mucosa gástrica.
El proceso molecular por el cual se
desarrolla esta relación es el siguiente:
La secreción de interleucina (IL)
-6 y factor de necrosis tumoral
alfa (TNF-α), la proteína C
reactiva (PCR), IL-1β, IL8,
interferón gamma, el
angiotensinógeno, los radicales
de oxígeno reactivos que se
acumulan debido a una infección
estimulan leucocitos y
macrófagos. En particular, el
TNF-α inhibe fuertemente la
captación de glucosa mediada por
insulina en un proceso crónico.
75
Los adipocitos en el tejido
adiposo intraabdominal y visceral
secretan moléculas señaladas
llamadas adipocinas y citoquinas
y marcadores inflamatorios. El
aumento de la actividad lipolítica
en los tejidos adiposos acelera la
secreción de ácidos grasos libres,
mientras que el aumento de los
ácidos grasos libres reduce la
actividad de la insulina en el
músculo, el hígado y otros
tejidos”. (Sayilar, Celik y Dumlu,
2015, pp. 1-2).
Efectos del Lactobacillus Plantarum
contra Helicobacter pylori
Un estudio realizado, en el Colegio de
las Ciencias de la Vida de la Universidad de
Nanchan de China, se enfocó en el efecto
protector que posee la implementación del
Lactobacillus Plantarum sobre la infección
por dicha bacteria y el autor explica:
Funciona como un agente protector
contra la inflamación de la mucosa
gástrica y la alteración de la microbiota
gástrica inducida por H. pylori en un
modelo de ratón y previno el aumento
de citocinas inflamatorias (por ejemplo,
IL-e IFN-γ) e infiltración de células
inflamatorias en la lámina propia
gástrica. (Pan, et al, 2016, p. 1).
Una estrategia que plantea la
investigación es la administración de
probióticos por vía oral, porque el
mantenimiento estable de la microbiota
gástrica e intestinal es sumamente importante
para poder evitar su desequilibrio y, de este
modo, disminuir las posibilidades de ciertas
enfermedades como la intestinal inflamatoria.
76
Figura 6. Imagen histológica de la mucosa gástrica de ratones
Nota: Pan, et al (2016, p 1).
La figura muestra las distintas
reacciones con Lactobacillus Plantarum (LP)
y Helicobacter Pylori (HP) en la mucosa
gástrica de los roedores.
Efecto de los suplementos de vitamina C y
E en la erradicación de la infección de H.
Pylori
Otra investigación, realizada en
Turquía por Demirci, et al. (2015), con 400
pacientes diagnosticados con la infección por
la bacteria, realizó la prueba para comprobar
si administrar suplementos de las vitaminas
citadas en combinación con terapia
antibiótica triple (amoxicilina, claritromicina
y lansoprazol) o cuádruple (amoxicilina,
claritromicina, lansoprazol y subcitrato de
bismuto) tiene algún resultado que potencie o
haga sea más rápida la erradicación de
Helicobacter Pylori.
Los resultados demostraron que estos
suplementos en las “terapias no proporcionan
una ventaja adicional para lograr
significativamente mayores tasas de
erradicación de H. pylori” (Demirci, et al,
2015, p. 4). El estudio no valoró la resistencia
a antibióticos, la posibilidad de positividad de
CagA o el estudio de TAC, no obstante, se
compararon los índices de erradicación en un
paciente con terapia antibiótica únicamente y
se llegó a la conclusión citada.
77
Erradicación de Helicobacter Pylori
Existen numerosos libros, revistas,
guías e incluso artículos que recopilan diversa
evidencia para poder tratar y erradicar la
bacteria, muchos son basados en esquemas
terapéuticos mundiales, y no valoran las tasas
de resistencia a antibióticos de una región en
específico. Por ejemplo, en Costa Rica “la
tasa de resistencia a la claritromicina es de
5-6%, la terapia consta, además, de
omeprazol y amoxicilina por 7 a 14 días”.
Salas (2016, p 193). Por ello, el médico
tratante debe conocer y valorar dichas tasas,
con el fin de lograr seguridad y eficacia
farmacológica.
Salas et al, (2003 pp. 57-58), en un
estudio realizado en el Hospital Rafael Ángel
Calderón Guardia, aplicaron tratamiento a
267 pacientes con triple antibiótico, basado
en Amoxicilina 1 gramo, dos veces por día;
Claritromicina 500 mg, dos veces por día, y
Omeprazole 20 mg, dos veces por día,
durante 10 días, y se obtuvo la erradicación
de la infección por Helicobacter pylori en el
84.7 % de los pacientes que cumplieron
tratamiento.
Otro estudio fue realizado, durante
enero del 2012 y el 5 de mayo del 2014,
aplicando amoxicilina, claritromicina más
IBP, de 7 a 14 días, a un 35.1% de pacientes
y al 54.8 %, la cuádruple terapia, que
consistió en amoxicilina, claritromicina,
metronidazol más IBP durante 10 días. Sin
embargo, al comparar los resultados, no hubo
diferencias significativas.
Figura 7. Algoritmo de terapia en pacientes con H. Pylori Positiva (confirmada por ureasa y/o
biopsia).
78
Nota: Ministerio de salud de Chile (2013, p. 5).
El algoritmo anterior muestra el
trayecto que se puede tomar en las diferentes
circunstancias de úlceras pépticas y su
posible presencia de H. Pylori
.
79
Tabla 2. Resumen del tratamiento para erradicación de la bacteria con dosis y grados de
recomendación
Tópico
Recomendaciones
Grado de
Recomendación
Tratamiento de
primera línea para
erradicación del
Helicobacter pylori
Inhibidor de la bomba de protones.
Dosis estándar cada 12 horas.
Claritromicina. 500 mg cada 12 horas
Amoxicilina 1g cada 12 horas
O Metronidazol (en alergia a la
Penicilina). 500 mg cada 12 hrs (16)
A
El tratamiento de 14 días es más
efectivo que el de 7 días.
Nivel de evidencia 1
A
Tratamiento de
erradicación de segunda
línea del Hp
Terapia cuádruple por 7 a 14 días:
-IBP (c/12horas).
-Bismuto (120 mg c/6 horas).
-Metronidazol (250 mg c/6 horas)
-Tetraciclina (500 mg c/6 horas)
Nivel de evidencia 2
Alternativa:
Cambiar el esquema IBP-Claritromicina-
Amoxicilina por IBP-Claritromicina-
Metronidazol (5). Nivel de evidencia 2
B
Manejo de los
pacientes usuarios de
AINEs
la erradicación del Hp, en usuarios de
AINEs crónicos, previene la úlcera péptica y la
hemorragia digestiva alta, pero es insuficiente
para reducir completamente la enfermedad
ulcerosa. Nivel de evidencia 1
el tratamiento de erradicación más IBP
permanente, en pacientes usuarios crónicos de
AINEs, es mejor que la erradicación del Hp en
prevenir la recurrencia de úlcera o sangrado.
Nivel de evidencia 1
A
80
Derivación al
especialista
Si tras llevar a cabo el tratamiento de
erradicación de segunda línea, la
gastroduodenoscopìa, test de ureasa y/o
estudio histopatológico es positiva o test no
invasivo en úlcera duodenal, derivar al paciente
al especialista del aparato digestivo. Nivel de
evidencia 3
C
Nota: Ministerio de Salud de Chile (2013, pp. 31-32).
El cuadro previo resume, de forma
simple, las posibilidades de líneas para el
tratamiento de la bacteria, además, el tipo de
fármaco, la dosis y el tiempo de indicación.
Se incluye una columna con los grados de
recomendación que van desde el A y hasta el
C. con lo cual se obtiene la información que
posee verdadera e importante evidencia
científica.
Ramírez, Mercado, Tres Palacios,
Ávila y Otero (2012), analizaron la
resistencia del Helicobacter pylori a
Tetraciclinas, encontrando que la prevalencia
en Norte América es de 1%; 8%, Asia 5%, en
Centro América y Suramérica y 2%, en
Europa. Esta resistencia es dada a una triple
mutación en el gen 16S rDNA (pp. 219-220).
Este estudio coincide con otros
analizados, los cuales plantean que ha sido
muy difícil erradicar a la bacteria, por la
resistencia antibiótica, la poca adherencia al
tratamiento y el uso indiscriminado de los
antibióticos. La resistencia, en el caso de las
tetraciclinas, aumentó después del primer
tratamiento con este antibiótico.
81
Figura 3. Prevalencia de la resistencia mundial de H. pylori frente a tetraciclina
Nota: Ramírez, et al. (2012, p.224)
Otro de los fármacos usados en el
tratamiento de rescate del H. pylori es la
Levofloxacina, sin embrago, se ha
encontrado una resistencia de 42.86% en
Asia; un 18.4 %, Europa; un 23.08%, en
Sudamérica; un 23.08%, en África y un
31.03%, en Norteamérica. La resistencia
ha aumentado por mutaciones en el QRDR
(quinoloneresistance-determining región)
del gyrA. (Villavicencio A. y
colaboradores, 2017, p 19).
El estudio plantea, además, que es
importante conocer la resistencia de los
fármacos a utilizar en esa región, para
poder erradicar el 100 % del Helicobacter
pylori, ya que la terapia con metronidazol
y claritromicina, va perdiendo eficacia por
la resistencia y, en algunas ocasiones,
levofloxacino también.
Se recomienda la triple terapia
estándar con claritromicina (500 mg dos
veces por día), como tratamiento de
primera nea en zonas con resistencia a
claritromicina, menor del 15 al 20%; IBP
y metronidazol (500 mg dos veces por día)
o amoxicilina (1 gramos dos veces por
día), durante 7 a 14 días; la terapia
cuádruple, con bismuto (120 mg cuatro
82
veces al día) como alternativa; mientras
que se recomienda como segunda línea la
terapia triple, con levofloxacino (500 mg
dos veces por a).. (Malfertheiner, et al,
2012, pp. 657-658)
Conclusiones
El Helicobacter pylori es un bacilo,
gran negativo, en forma espiral, con
motilidad, por medio de múltiples flagelos
en un polo, catalasa y oxidasa positiva, que
necesita un pH entre 6.0 a 7.0, para crecer
y produce una potente ureasa, la cual
puede modificar el moco gástrico y dañar
a las células gástricas. Además, produce
toxinas y lipopolisacáridos que pueden
dañar las células de la mucosa.
La producción de amoniaco aumenta
con la producción de la ureasa, que
permite atravesar toda la región donde el
pH es bajo y se localiza en una zona donde
se perpetúa la infección
El 90% de los pacientes con úlceras
duodenales y 50 a 80% de los que
producen úlceras gástricas, tienen
infección por Helicobacter pylori. Este
microorganismo, puede afectar a personas
de todas las edades, incluyendo niños
menores de 2 años.
La cepa que posee más virulencia del
Helicobacter pylori es la CagA, la cual se
somete a la fosforilación de tirosina
intracelular y perturba la señal de la célula
huésped, promoviendo la perturbación de
las células epiteliales y la carcinogénesis
gástrica.
Uno de los factores de virulencia
importantes que se incluyen dentro de la
patogenia y colonización del bacilo, son
múltiples proteínas como la “proteína de
membrana externa (proteínas Hop),
ureasa, la citotoxina vacuolante (Vac A) y
Cag A”.
Tiene los factores de virulencia
idóneos para que logre la patogenia e
infección característica y de esta forma se
desarrolle la úlcera péptica que es, por
mucho, la patología más común. El
mecanismo molecular más importante,
que desencadena la bacteria para lograr su
afectación está mediado por la IL-8 y en
estadios avanzados causa la inflamación
crónica.
83
Hay un estudio sobre una relación
entre la deficiencia de hierro y la bacteria,
debido a las cepas que albergan la CagA y
su aumento de riesgo de cáncer gástrico;
este refiere la deficiencia de hierro,
además de un aumento en la producción de
IL-8, por las células gástricas infectadas.
Existen diferentes terapias para
atacar la bacteria, desde las formas
naturales y hasta los complejos esquemas
antibióticos, que se usan a nivel
hospitalario. Sin embargo, la terapia
depende del estatus económico, social y
cultural de cada país. Por ello, algunos
países se la han ingeniado para probar la
probabilidad de la utilización de plantas
para el combate de la infección, tal como
la Wasabi Japónica, miel de abejas, ajo y
pimienta, culantro coyote, carcamana y el
ginseng rojo coreano.
El que ha presentado mayor efecto
bactericida es el extracto de miel de abejas.
Otras plantas han arrojado buenos
resultados, en estudios en ratas.
Existen numerosas evidencias
científicas, que respaldan el uso del
tratamiento médico, como lo más eficaz y
seguro, para poder llevar a cabo la
erradicación de H. Pylori. En los diferentes
esquemas utilizados, se habla sobre la
terapia triple, que incluye un IBP y dos
antibióticos, claritromicina y amoxicilina,
hasta la terapia cuádruple.
Los esquemas de tratamiento, a nivel
mundial, generalmente no valoran la
resistencia a los antibióticos de una región,
específica. Por ejemplo, en Costa Rica la
resistencia a la claritromicina se encuentra
entre un 5-6%, sin embargo, la terapia
usada, contiene este fármaco, s un IBP
y amoxicilina.
Uno de los tratamientos, más
utilizados con Amoxicilina, 1 gramo, dos
veces por día, Claritromicina 500 mg dos
veces al día y Omeprazole 20 mg dos
veces al día durante 10 días, sin embargo,
el número de días, varía en diferentes
países.
También está la terapia cuádruple
basada en amoxicilina, claritromicina,
metronidazol más IBP, durante 10 días,
pero al comparar los resultados, no hubo
diferencias significativas. Otro de los
antibióticos usados es la tetraciclina, que
tiene una resistencia en 1%, en Norte
América; 8%, para Centro América;
84
Suramérica, 8%; Asia 5% y 2% , Europa;
resistencia es dada a una triple mutación en
el gen 16S rDNA.
La Levofloxacino, que ha utilizado
en el tratamiento de rescate, se halla dentro
de las quinolonas, sin embrago, se ha
encontrado una resistencia de 42.86%, en
Asia; un 18.4 %, Europa; a 23.08%,
Sudamérica; 23.08%, en África y 31.03%,
en Norteamérica; pero la resistencia ha
aumentado por mutaciones en el QRDR
(quinoloneresistance-determining región)
del gyrA.
No existe un esquema ni tampoco la
duración, que erradique el 100 % de la
infección del Helicobacter pylori, ya que
esto depende de varios factores como la
zona específica donde resida el paciente; la
resistencia del microorganismo, la
adherencia al tratamiento. La eficacia de la
terapia triple estándar ha disminuido
.
Referencias
Abdollahi, A., Shoar, S., Ghasemi, S. y Zohreh, Y. (2015). Is Helicobacter pylori infection a
risk factor for idiopathic thrombocytopenic purpura in children? Annals of African
Medicine , 6 (14), 177 181. Recuperado de:
http://www.annalsafrmed.org/article.asp?issn=15963519;year=2015;volume=14;iss
ue=4;spage=177;epage=181;aulast=Abdollahi
Axon A y Forman D. (1997). Helicobacter gastroduodenitis: A serious infectious disease.
BMJ, 17 (315). 1427 - 1432. Recueprado de:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2126734/pdf/9167554.pdf
Brooks, G, Carroll, K., Butel, J., Morse, S. y Mietzner T. (2013). Microbiología Médica,
México: Mc Graw Hill.
Brooks, G., Carroll, K., Butel, J., Morse, S. y Mietzner T. (2011). Jawezt, Melnick y
Adelberg. Microbiología Médica. México: Mc Graw Hill.
85
Buzás, M. (2014) Helicobacter pylori-A worldwide perpective. Hungría: Bentham e Books.
Camacho, J. (2014). Ulcera Péptica. Gastroenterología. Revista Médica de Costa Rica y
Centroamérica LXXI (609) 129-134. Recuperado de:
http://www.binasss.sa.cr/revistas/rmcc/609/art21.pdf
Castro, S., Herrera, D., Malespín, W., Ramírez, V. y Une, C. (2014) The geographic origin
of Helicobacter pylori isolated from Costa Rican patients. Journal Gut Microbes, 5(4)
517-521. DOI: 10.4161/gmic.32148
Cho, S., Lim, J. y Kim, H. (2015). Diphenyleneiodonium Inhibits Apoptotic Cell Death of
Gastric Epithelial Cells Infected with Helicobacter pylori in a Korean Isolate. Yonsei
Med J, 56(4): 11501154. DOI: 10.3349/ymj.2015.56.4.1150.
Daly, J. et al. (2000). Esophageal cancer: results of an American College of Surgeons Patient
Care Evaluation Study. J Am Coll Surg. 190 (5). 562-563. Recuperado de:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10801023
Demirci, H. et al. (2015). Influence of vitamin C and E supplementation on the eradication
rates of triple and quadruple eradication regimens for Helicobacter pylori infection.
Turk J Gastroenterol, 25 (6) 456-460. DOI: 10.5152/tjg.2015.0233.
Frydman, G., Davis, N., Beck, P. y Fox, J. (2015). Helicobacter pylori Eradication in Patients
with Immune Thrombocytopenic Purpura: A Review and the Role of Biogeography .
Helicobacter, 20 (4) 239- 251. DOI: 10.1111/hel.12200
Fujimura, S., Kawamura, T., Kato S., Tateno, H., y Watanabe A. (2002). Detection of
Helicobacter pylori in cow’s milk. Lett Appl Microbiol 35 (6), 504-507. Recuperado
de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12460433
86
García, A. (2008). Adenocarcinoma esofágico y esófago de Barrett. Adenocarcinoma
gástrico y Helicobacter pylori. Gastroenterología y Hepatología, 31 (4), 66-69. DOI:
10.1016/S0210-5705(08)76633-0
Isaacson, P y Spencer J. (1995). The Biologyc of low grade MALT lymphoma. Journal
Clinical Pathology. 48 (5), 395-397. Recuperado de:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC502609/
Jiang, J., Liu, Q., Mao, X., Zhang, H. y Xu, S. (2015). Downward trend in H. pylori infection
and corresponding changes of often-seen upper gastrointestinal diseases in
Southeastern China in last decade. Gastroenterology. Springerplus, 5(1): 1601. DOI:
10.1186/s40064-016-3185-2
Longo, D. (2012). Harrison. Principios de Medicina Interna. México. Mc Graw Hill.
Malfertheiner P, et al. (2007). Management of Helicobacter pylori infection
TheMaastrichtIV/FlorenceConsensusReport. The European Helicobacter Study Group
(EHSG). BMJ 61(5), 646-664. Recuperado de: http://dx.doi.org/10.1136/gutjnl-2012-
302084
Mazari, M., López, Y., Castillo, G. y Ponce de León, S. (2001). Helicobacter pylori and other
enteric bacteria in freshwater environments in Mexico City. Arch Med Res, 32 (5) 458-
467. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11578764
Ministerio de Salud de Chile. (2013). Guía Clínica AUGE. Tratamiento de erradicación de
Helicobacter Pylori en el paciente con úlcera péptica. Recuperado de:
http://www.bibliotecaminsal.cl/wp/wp-content/uploads/2016/04/Helicobacter-Pylori-
en-paciente-con-%C3%BAlcera-p%C3%A9ptica.pdf
Najm W. (2011). Peptic Ulcer Disease. Primary Care: Clinics in Office Practice, 38 (3), 383-
394. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.pop.2011.05.001
87
Noto J., Lee, J., Gaddy, J., Cover, T., Amieva, M. y Peek R. (2015). Regulation of
Helicobacter pylori Virulence Within the Context of Iron Deciency. The Journal of
Infectious Diseases, 211(11), 1790 1794. DOI: 10.1093/infdis/jiu805
Pakodi, F., Abdel, O., Debreceni, A. y Mózsik, G. (2000). Helicobacter pylori, one bacterium
and broad spectrum of human disease, an overview. Journal of Physiology-Paris, 94(
2), 139-152. Recuperado de: https://doi.org/10.1016/S0928-4257(00)00160-1
Pan, M., et.al. (2016). Changes in gastric microbiota induced by Helicobacter pylori infection
and preventive effects of Lactobacillus plantarum ZDY 2013 against such infection.
American Dairy Science Association, 99(2), 970-981. DOI: 10.3168/jds.2015-10510.
Rahman, M., et al. (2015). Seroprevalence trend of Helicobactor pylori infection among adult
population in a highly endemic area of S outh Asia. Gastroenterology. 148(4), 553-
554.
DOI: http://dx.doi.org/10.1016/S0016-5085(15)31860-6
Ramírez, A y Sanchez, R. (2009). Helicobacter pylori 25 años después (1983-2018):
Epidemiología, dagnóstico y tratamiento. Revista de Gastroenterología, 29 (2) 158-
170. Recuperado de:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1022-
51292009000200008
Ramírez, P., Mercado. M, Tres Palacios, A., Avila, J. y Otero, W. (2012). Estado actual de la
resistencia de Helicobacter pylori a tetraciclina: revisión sistemática de la literatura.
Universitas Scientiarum, 17 (2), 216-229. Recuperado de:
http://www.scielo.org.co/pdf/unsc/v17n2/v17n2a08.pdf
Salas R., et al. (2003). Erradicación de Helicobacter pylori mediante triple terapia
(Amoxicilina, Claritromicina y Omeprazole), en pacientes con Helicobacter pylori
88
del Hospital Rafael Angel Calderón Guardia. Revista Acta Médica Costarricense, 45
(2) 57-61. Recuperado de: http://www.kerwa.ucr.ac.cr/handle/10669/15085
Salas, L. (2016). Actualización de Menejo Infección por Helicobacter Pylori en Atención
Primaria. Revista Médica de Costa Rica y Centroamérica LXXIII,(618) 193 - 195.
Recuperado de: http://www.medigraphic.com/pdfs/revmedcoscen/rmc-
2016/rmc161zm.pdf
Sampliner R. (1999). Adenocarcinoma of the esophagus and gastric cardia: Is there progress
in the face of increasing cancer incidence? Annals of Internal Medicine. 130(1):67-9.
Recuperado de: http://annals.org/aim/article-abstract/712448/adenocarcinoma-
esophagus-gastric-cardia-progress-face-increasing-cancer-incidence
Sayılar, E., Celik, B. y Dumlu, S. (2015). Relationship between Helicobacter pylori infection
and metabolic syndrome. Turk J Gastroenterol, 26 (6), 468-73. DOI:
10.5152/tjg.2015.0197
Sierra, F., Forero, J. y Rey, M. (2014). Tratamiento ideal del Helicobacter pylori: una revisión
sistemática. Revista de Gastroenterología de México, 79 (1) 28-49. DOI:
http://dx.doi.org/10.1016/j.rgmx.2013.03.003
Vilella, A., Ginés, A. y Dolza C. (2003). Linfoma Gástrico tipo MALT. Medicina Clínica.
120 (9), 349-352. Recuperado de: http://www.elsevier.es/es-revista-medicina-clinica-
2-articulo-linfoma-gastrico-tipo-malt-13044221
Villavicencio, N. Trespalacios, A. y Salgado, J. Eficacia de la terapia triple y cuadruple en
helicobacter pylori y descripción de la resistencia a los principales antimicrobianos.
Revista científica INSPILIP 1 (2) 1-25. Recuperado de:
http://www.inspilip.gob.ec/?p=1178
89
Warren, J. y Marshall, B. (1983). Unidentified curved bacilli on gastric epithelium in active
chronic gastritis. Lancet, 321 (8336) 1273-1275.
DOI: http://dx.doi.org/10.1016/S0140-6736(83)92719-8
Zaidi, S., Muhammad, J., Usmanghani, K. y Sugiyama, T. (2015). Pharmacological ins and
outs of medicinal plants against Helicobacter pylori: A review. Pak. J. Pharm. Sci,
28(3), 1171 1176. Recuperado de: http://www.pjps.pk/wp-
content/uploads/pdfs/28/3/Supplementary/25-SUP-238.pdf
*Contacto: honorio_56@yahoo.com
jamm249@gmail.com