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entrevistas, en los diferentes medios de
comunicación. Todo esto es parte de esa
libertad. Un docente responsable asume este
derecho como un reto, porque su ejercicio no
es irrestricto, por lo tanto, exige un
conocimiento claro de su contenido y
significado, lo que no está escrito
explícitamente. Esto podría verse como una
dificultad, pero en realidad no lo es, porque
cuál sería la función de tal libertad si sus
alcances y límites fueran taxativos, si corriera
el riego de dejar aspectos importantes fuera
de su contenido al restringir demasiado el
espacio para el desarrollo de la libertad de
expresión y de pensamiento de los docentes.
Varias características distinguen el
proceso de enseñanza-aprendizaje, algunas
son ser flexible, impredecible e innovador. El
docente no sabe con exactitud lo que va a
acontecer dentro del aula, cuando se presenta
a impartir la clase ni cómo van a reaccionar
los estudiantes antes ciertas técnicas
didácticas; mucho menos va a saber de
antemano cómo y en qué momento hará uso
del derecho de libertad de cátedra. El rol del
docente lo obliga a conocer la materia que
imparte y a determinar los pasos que va a
seguir, para preparar el ambiente formativo,
es decir cómo se desarrollará cada clase.
Asimismo debe proponer estrategias
que le permitan crear una atmósfera de
confianza, el cual propicie la comunicación
fluida entre los protagonistas del proceso y es,
precisamente, cuando comienzan a florecer
las ideas, las críticas y la reflexiones acerca
de ciertos temas relacionados directa o
indirectamente con la materia del programa;
o bien, acerca de otros temas, con el cuidado
de no desviarse demasiado, al punto de
impedir el desarrollo del programa.
El papel que asume el docente, bajo la
situación planteada, sufre una modificación,
pues el especialista que imparte los
conocimientos propios del curso pasa al otro
nivel, formador de opiniones, a través de la
puesta en práctica de su derecho a expresarse,
emitir opiniones y permitir que los
estudiantes también participen. En fin, ejerce
la libertad de cátedra dentro de la
comunidad de aprendizaje.
El propósito de la libertad de cátedra
es claro y bien definido, no así el concepto,
sus límites y alcances, y es proteger al
docente de injerencias que limiten su libre
expresión en el contexto universitario,
como para este estudio; en sentido amplio,
no solo reducido al aula, incluyendo la